lunes, 21 de noviembre de 2011

La crisis provoca una mayor "fuga de cerebros" de nuestro país

Como millones de españoles, Juana Martínez Nájar (Villacarrillo, Jaén) está atada a una hipoteca. Pero, a diferencia de millones de españoles, tiene trabajo fijo y perspectivas de conservarlo. Hace una década que vive en Varsovia y desde hace un año tiene un piso de su propiedad en la capital polaca. Esta doctora en Filología Hispánica, de 42 años, trabaja como profesora de español. "No creo que tenga eso que llaman espíritu europeo, pero reconozco que tener pasaporte de la UE te abre muchas puertas".


"No creo que vuelva a España; me temo que jamás encontraría un trabajo de este nivel, porque aquí creo que prima más la meritocracia", asegura. Pero sobre todo en Polonia encuentra estabilidad económica. El país ha conseguido capear el temporal que azota Europa, al menos de momento, y aunque la tasa de paro casi roza el 12% está muy lejos de la española: "Antes decía que vivía en Polonia y en España me miraban con cara de pena; ahora, todo lo contrario". Juana Martínez ve cada día a más españoles en Varsovia. "La crisis ha hecho que la gente se vaya a otros países en busca de trabajo".

Otro caso es el de Ana P.S. (Lalueza, Huesca). Hija de familia de agricultores, decidió aspirar a un trabajo que en el pueblo no conseguiría. Tras licenciarse en Traducción e Interpretación en la Universidad de Valladolid, aprovechó la oportunidad de marcharse a Estados Unidos a realizar un máster becado durante años. El próximo verano concluirá su beca en Lexington, en la Universidad de Kentucky. Sin embargo, el pasado agosto, mientras disfrutaba de las vacaciones en España, reflexionaba sobre la posibilidad de continuar allí después y doctorarse. "Sé que será un gran esfuerzo, porque hasta ahora mientras hacía el máster, daba clases de español en la universidad y estaban muy bien remuneradas. Pero la situación económica en la que se encuentra España, no creo que me permita acceder a un empleo gratificante y cercano al pueblo". 
No pone límites a la distancia entre su empleo y su familia o amigos. Eso nunca le ha supuesto un problema, incluso tiene pareja estable desde hace un año.  Además, siempre son mayores las oportunidades de enseñar español fuera de tu país, que impartir inglés o francés en el propio. "En España podría opositar, o conseguir traducir de vez en cuando textos o libros que me encarguen, mientras que mi aspiración es poder dar clases a adultos, clases que espero poder impartir tras doctorarme en Estados Unidos". Y si además tenemos en cuenta la remuneración que obtendría allí, no habría de pensárselo dos veces. 
Si ya se daban numerosos ejemplos de estudiantes, licenciados, y doctorados, que huían de España a otros países en busca de un empleos y oportunidades, ahora han aumentado con la crisis. Muchos de nuestros políticos parecen hacer la vista gorda, mientras algunos se lamentan de la creciente "fuga de cerebros" de nuestro país. 
Así pues, si no quieren que estos casos sigan aflorando día a día, debería pensárselo dos veces antes de modificar la ley laboral, pues creo que el futuro de la juventud de nuestro país no la tienen en cuenta. 


Paula Tabueña

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