lunes, 5 de diciembre de 2011

La credibilidad de unas lágrimas sinceras

La ministra no quiso llorar, pero lloró. Y su gesto sincero de dolor, parece que nos ha hecho pensar a todos en el verdadero problema de la crisis. Antes de que se derramaran las lágrimas de la ministra Elsa Fornero tal vez los italianos, españoles, fraceses, no eran del todo conscientes de que, para salir de la crisis, era necesario hacer sacrificios
Ahora ya lo saben. Y ha tenido que ser, la catedrática de Economía Política de la Universidad de Piamonte, una mujer de 63 años a la que nunca interesó dedicarse a la política hasta que su país se lo pidió. Puede que sea el dolor de alguien que puso rostro a uno de esos pensionistas que tan bien conoce y que, a partir de ahora, se les vuelve a complicar la vida. 

Paula Tabueña

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